Los resultados más recientes de la encuesta Gallup confirmaron que la ausencia de una agenda legislativa y el debate por la paz no le han ayudado al presidente Iván Duque a mantener la aprobación. En los resultados se evidenció que seis de cada 10 personas desaprueban la gestión del mandatario.

Los factores que pudier.on concretar este revés de popularidad fueron el largo debate sobre las objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP y el Plan Nacional de Desarrollo. El mandatario no pudo consolidar el repunte en su imagen positiva, donde logró una aprobación cercana a 42% de los encuestados.

Mauricio Jaramillo, analista político de la Universidad del Rosario explicó que este golpe de desaprobación se debe al “estancamiento de iniciativas que había tenido el Gobierno en política exterior. El tema de Venezuela no quedó en nada concreto y el país recibió críticas muy fuertes por parte de Estados Unidos”.

Estos resultados en el campo político se tradujeron en un negativismo generalizado. Según la encuesta, para 70% de las personas consultadas, la situación general del país ha empeorado.

A la incertidumbre política se sumó la creciente de desempleo que viene anunciando el Dane. Las cosas en el mercado laboral han empeorado para 80% de los encuestados.

 

 

Otro factor que se está sumando a ese pesimismo generalizado es el desarrollo de la economía. Para 74 de cada 100 personas el tema económico no mejora. A esto se une el descontento con el cubrimiento del sistema de salud y la lucha contra la pobreza extrema. Estos dos rubros alcanzan una desaprobación superior a 70 puntos.

El tercer eje en el que se sustenta la desaprobación general son los problemas de orden público. Por primera vez en el último año, las personas consideraron que el tema del narcotráfico empeoró; 58% de los encuestados no ve con muy buenos ojos la gestión para controlar el tráfico de drogas. Además, el factor inseguridad tuvo un incremento de 10 puntos de desaprobación, llegando a 85%y convirtiéndose en lo más preocupante para la gente.

Carlos Andrés Pérez, doctor en Ciencia Política, explicó que este fenómeno de negativismo se originó porque “el presidente no se ha detenido a atender los problemas que preocupan al ciudadano de a pie. Ese negativismo general debe preocuparle, porque la gente no está recibiendo bien sus políticas”.

A nivel regional el contexto no cambia. En Medellín, Cali y Bucaramanga despegó la situación de inconformidad sobre la realidad nacional. El descenso más prolongado se produjo en el Valle del Cauca, donde el pesimismo llegó a 67%. Bucaramanga también se sumó a esta ola de desaprobación; para 64% de los bumangueses la situación en la ciudad está decayendo considerablemente.